lunes, 30 de noviembre de 2009

"La Historia de nuestra Facultad se escribe a nuestras espaldas"

“La historia de la Facultad se escribe a nuestras espaldas”
Compañeros.

La urgente necesidad de un proceso de regularización y reforma en nuestra Escuela es innegable. Es la misma necesidad que llevó a cientos de nosotros a organizarnos para remecer nuestra institución, que nos motivó a buscar romper las lógicas autoritarias y dogmáticas imperantes, que nos impulsó a exigir lo propio y a soñar con alcanzarlo. Sin embargo, desde un tiempo a esta parte este proceso ha decantado en un inmovilismo disfrazado de debate y argumentos a través del que no pocos pretenden encontrar señales de avance, de construcción y de participación.

Nuestro entender es diferente. Desde que culminó la toma, de la cual fuimos activos partícipes, creemos que no hemos sido capaces de articularnos, organizarnos y tomar conciencia de nuestra fuerza y de nuestro deber frente a la Facultad. Mucho se ha dicho y muy poco se ha logrado y no obstante se pretende seguir actuando con “mirada de futuro” hablando de procesos, de gestas y Reforma, concepto del que en el actual estado de la cosas, no somos dignos siquiera.

Nuevamente, la historia de la Facultad se escribe a nuestras espaldas. Mientras los grupos de interés de profesores se acuartelan y disputan cada centímetro de poder para preparar las próximas Elecciones de Decano, nuestra fuerza se debilita y se morigera con convocatorias y procesos a los que en su mayoría sólo responde el activo militante de nuestro estamento estudiantil. Las comisiones en las que finalmente decantaron los acuerdos de la toma son hoy trinchera para el intocable y sagrado poder docente al mismo tiempo que veto para cualquier pretensión estudiantil de discutir y decidir para sí mismo la Facultad que queremos y sin embargo, muchos sostienen que avanzamos. Nosotros nos preguntamos ¿Hacia dónde?

Así como del actual estado de nuestra organización estudiantil, nuestra visión del Informe de la Comisión Claustro es también crítica dada la injerencia que pudiera tener dicho documento. Notamos que la Comisión no se atreve a proponer criterios objetivos y programáticos para las recomendaciones que realiza y que ello conlleva que puntos tan delicados como el incentivo a retiro de académicos sean tratados con demasiada ligereza y aún ello no nos hace olvidar la importancia vital de al menos regularizar el Claustro Académico para luego siquiera soñar en una mejor Facultad.

Cierto o equivocado nuestro análisis, lo dramático es que poco importa. Y aún dudamos de cuánto pueda importar el propio Informe referido. Las lógicas sectarias y autoritarias que rechazamos no han variado ni un poco pese a que el escenario y los actores sí, produciendo que los equilibrios de poder sigan dependiendo de lo mismo: intereses egoístas y voluntades individuales de turno.

Debemos replantearnos nuestro rol de estudiantes en la Facultad que vivimos. Priorizar antes que todo, la construcción de fuerza de nuestro propio estamento. No hacerlo es sujetarnos a uno u otro grupo de profesores - como se ha venido haciendo – para susurrarles al oído lo que deberíamos hacer escuchar sin más. La solución está lejos de ser testigos impávidos de una pelea que de altura de miras poco tiene. Mucho más lejos está de prometer fidelidad movidos por negaciones identitarias.

De cara a recibir a los mechones 2010, pensando en luchar por defender la Universidad Estatal y su financiamiento y por supuesto, en reconstruir nuestra Facultad, debemos cuestionarnos nuestra convocatoria, nuestra capacidad de coordinación y sin duda, nuestros objetivos comunes.


Un saludo Estudiantes Progresistas